En tus ojos, veo un deseo, un juego donde cada caricias y besos, es un latido que duele en mí pecho.
Promesas de amor, que llevan un alto precio,
donde mi voz es solo un señuelo.
Soy el viento que sigue tus pasos,
caminando entre espinas, dando arañazos, entre mares y océanos, buscando un solo semblante.
Tus palabras son fuego, que queman mi piel,
un amor que me atrapa, un cruel carrusel.
Las risas se ahogan cuando estoy contigo,
cada beso, un latido, un oscuro enredo de nuestro camino.
Buscando la luz en este laberinto,
soy la víctima, y tú, mi destino.