Oíste Pá
No somos de hablar del amor a los gritos,
ni de andar mostrando los sentimientos bonitos.
Pero hoy me nace del pecho esta voz,
pa’ decirte, Papá, ¡lo mucho que valés vos!
Fuiste el que anduvo sin quejarse del todo,
el que alzó la carga y nunca pidió acomodo.
El que en silencio enseñó con el ejemplo,
sin sermón, sin drama, ¡pero siempre recto!
Yo quise seguirte, copiarte el camino,
multiplicar tus valores, sin torcer mi destino.
Quise ser un reflejo de tu lucha tenaz,
pa’ que vieras en mí lo que el esfuerzo da en paz.
A veces no expreso lo que llevo guardado,
pero es porque el amor no siempre sale hablado.
A vos te valoro como a nadie, mi viejo,
y te llevo en el alma, como a fuego parejo.
Vos ya cumpliste, ya diste de más,
te partiste el lomo pa’ darnos la paz.
Ahora es nuestro turno, dejanos cuidar,
dejate ayudar, sin tanto dudar.
A veces no estás, ni abrís la ventana,
cerrás tus dolores, no pedís ni una gana.
Pero sabés que, aunque estemos con lío,
si nos llamás, salimos corriendo pá onde vos estás.
Hoy, que cumplís un año más de batallas,
de historias contadas y otras sin palabras,
te digo, apá, que llegó la ocasión
de gozar la cosecha, sin preocupación.
Sacá a la mamá a rodar por la tierra,
salí a descubrir que la vida no encierra
solo cuentas y miedos o temas de plata,
¡sino abrazos, paisajes, y una buena serenata!
Es tuyo el derecho de vivir sin medida,
de reír con ganas, de gozar la vida.
Y si alguna dolencia te impide dormir,
llenáte de amor, que eso sí que hace vivir.
Hoy no celebro solo el día en que naciste,
sino todo lo que sós, lo que siempre construiste.
Un hombre de acero, de noble raíz,
que en medio del mundo, nos hizo feliz.
¡Feliz cumpleaños, viejo del alma!
Que te llegue la risa, que te llene la calma.
Y que sepas que siempre, con firme emoción,
te llevo metido aquí en mi corazón.
JFAS 13-04-2025