pasaba

Quédate

No sabemos cómo desenredar los hilos de fuego que nos unen,

no puedes hacer nada, la flama está encendida. 

Tu no puedes luchar contra una noche blanca y ciega.

Quédate aquí y escucha el viento que empaña mis ojos.

Quédate en esta playa y siente esta gris arena que hiere a sangre mi pena. 

Quédate para siempre en los  chisporroteos del agua,

en  las olas que azotan y en la fragilidad de las cosas.

Quédate en mi poesía que ha poblado mi alma cuando la rozas.

Quédate también en los mares negros de tu ausencia y ayúdame a navegar.

Quédate en el viento que arranca las

hojas y hasta mi balcón las hace

llegar. 

P . Sabag