Aquellas tardes frías y mustias
en las que sentado en el silencio
rasgaba los cielos del invierno
aquellos suspiros rotos ya no están.
Aquellas noches de ardiente pasión
donde mis dedos dibujaban en tu piel
y tus labios jugaban con los míos
aquellos besos se fueron extinguiendo
En el color del tiempo
en el aroma de la soledad
en el suspiro del atardecer
todo se fue diluyendo.
Los besos que pintaban los vientos
tus miradas que desgarraban el alba
tus abrazos que fundían nuestras vidas
todo en el viento se fue evaporando
Hoy siento el frío del silencio
sólo me queda el abrazo de la soledad
vivo solo asido a tu recuerdo
esperando el porvenir que nunca llegará.
Lima, 14 abril del 2025
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