lloraba,
y ni los duendes ni los árboles
sabían por qué;
¿de tristeza, de felicidad, de emociones mezcladas?.
Lo que sí era seguro
es que lo hacía por primera vez
desde hace siglos.
Quizás,
una de sus lágrimas
contenía
la historia de quien es liberado
de aquello que había protegido tanto
pero que al fin se rompió