Y así te fui teniendo:
entre la esperanza y el sueño despistado,
en cada alborada y amaneceres tenues
que siempre llegan con el sol,
en el despeñadero de un mar bullicioso,
en la huída trémula de un deseo enmudecido,
en un repentino salto a las estrellas
y en el sueño intrépido de un poeta enamorado…
Llegué para extender mis manos a tu cara bonita
y me he quedado en tí;
amor mágico, sueño vagabundo
donde tu cuerpo insaciable late en mis latidos
y como un designio misterioso,
mi alma duerme en el calor de tu pecho
esperando siempre el viaje a tus caminos…
Así fuimos cruzando cielos
y surcando mares en un navío blanco…
Tú mi amor, mi romántica cita,
mi fragancia de café en la madrugada,
mi persiana empañada de amor…
Y así sostuvimos nuestros ojos fijos,
tan penetrantes que se aman desde antes.
©.