Mi amor por ti es tan grande que quiero gritarlo al mundo entero,
para que todos sepan que tú eres la razón de mi dicha sincera.
Sin embargo, si deseas que mi boca calle,
tendrás que silenciarla con tus besos, dulces como el primer beso bajo la luna llena.
Tus ojos, hechiceros, son acojedores cual noche serena,
me guían con su brillo hacia el puerto de tu amor.
En ellos encuentro paz, un refugio seguro,
y cada vez que me miras, mi corazón late con más fervor.
Tu voz, melodía suave que acaricia mis oídos,
es música celestial que calma mis sentidos y me hace volar.
Cada palabra tuya es un regalo preciado,
un néctar que mi alma bebe, extasiado y enamorado.
Tus manos, suaves alas que acarician mi rostro,
despiertan en mi piel un sentir tan hermoso y tan tierno.
Con cada roce tuyo, el tiempo se detiene,
y solo existe este instante que mi ser sostiene con pasión.
No quiero partir sin haberte entregado mi alma, corazón y vida;
la piel que me recubre, el temblor que me invade, mis poemas de amor.
Quiero dedicar mi vida a cuidarte y amarte plenamente,
a ser tu refugio, tu hogar, donde siempre te sientas amada y protegida.
Eres la niña que con ternura he de cuidar,
eres la mujer que con pasión he de amar por toda la eternidad,
con cada latido de mi corazón, con cada suspiro de mi alma.