Esta noche, los aromas silenciosos de los jazmines
se deslizaban por la casa.
Todo parecía desvanecerse,
excepto tu recuerdo.
Allá arriba, las raíces del tiempo
jugaban a invocarte,
jugaban a llorarte
con el sonido de un violín que tejía una melodía triste.
El abanico de imágenes
olía a Hungría,
a desamparo
y a melancolía.
Allí, tu nombre hermoso
se convertía en perfume gris
y deshacía la luz del día.
Habías dejado en este bric-à-brac (1)
el corazón, el alma, la música
y las viejas paredes que se agrietaban.
Tu hermoso vestido blanco nunca
lucido, y tu alegría de ser amada.
Un armario con las puertas cerradas,
tus partituras y tu triste violín.
El viejo piano no siente tus caricias de
serafín.
Niña del Este, tu corazón se ha vuelto un
desván donde la vida golpea
bajo un aire azul, donde la vida…
abandona,
donde la vida se suelta.
y ahí, ahí en el fondo, detrás de las
cortinas, en los rincones polvorientos,
una voz canta…
una voz te llora.
una voz te dice:
Todos estamos hechos
de soledad y abandono.
P.SABAG, safecreative, fr