ÉL
No lo sabe que tengo su nombre en mi vieja libreta donde a diario le escribo poesía y su sonrisa lo tengo grabado en el centro de mi retina.
Fué tan fácil quererlo sin tocarlo y aunque nunca más sepa de él, seguirá viviendo en mi corazon y me acompañará en mis días y mis noches de soledad y poesía.