Me extraña tu posesión de la imagen
de mi interioridad,
como si yo fuera aire,
el lenguaje de gestos entre ambos;
cuando me miro al espejo veo nubes,
me parece tan ajeno;
Estoy muy lejos de mi pasado,
descalza me rodeo de flores,
no recuerdo tu rostro
ni los de mi familia,
mi camino es angosto.
Hay una vacuidad profunda
de mi historia personal,
como si no tuviese garganta.
Recién supe como me llamaba
al encontrarme con tu mensajero.
No sé, pero suspiro.
Cuéntame más de ti
que de nuestra relación,
pues me confundes;
me haces pensar
y me encuentro aquí para observar.
Aunque de verdad,
no se dónde estoy parada ni por qué.
El jardín no se ve desde esta ventana.
Vaya final:
Somos dualidad en permanente
traslapamiento como corrientes
profundas de la misma mar.
Alguien que no se sabe quien es
está en cada uno de nosotros
o, tal vez, pasa a gran velocidad,
uno no sabe nada.
Si competimos
con nosotros mismos por el bien,
quizás,
se puede renacer cada día
con una mirada distinta a la de ayer.
También, estoy cierta que
volver y re-volver el pasado
sin poderlo cambiar
como se quisiera
que hubiese sido en el presente,
es el disfrute de la angustia del ayer.
Fuera de este recinto,
me han soplado al oído,
está la muerte rondando,
son extraterrestres con armas,
vestidos de militar.
=========================.