Luis Rayo

¡Oh Amor!

 

¡Oh! Amor,  admiro tu silencio


porque en él ocultas tu desprecio,


y escucho en mi oído


el silencio de tu olvido,


y a mi esencia cuido,


defendiendo el alma mía,


de tu daño y menosprecio.


Me gusta cuando el cielo brilla


en la soledad de mi destino,


porque salgo a tu encuentro


en el abandono del remanso


de mi mar perdido,


y tus pasos que aun se escuchan


en aquella lejanía,


y las voces grises y sombrías


que de mi surgían,


y que se perdieron en la nada,


como se pierde la sonrisa,


 como se pierden las nubes grises


en el resplandor de la alborada.