Te entrego mi aliento, mi pulso, mi calma,
mi risa, mi llanto, mi cuerpo, mi alma,
mi voz que te nombra sin miedo al final,
mi todo sin tregua, mi amor sin igual.
No hay día que pase sin verte en mi piel,
Eres el sueño que de mi alma arranca la hiel;
En mi vida, tú eres la tilde que asentí,
Por eso, todo lo hermoso… lo hago, solo para ti.