JUSTO ALDÚ

UN JUDAS DENTRO DE MÍ

I

Hay un Judas que duerme bajo mi lengua,
habla con mi voz,
promete con mis manos abiertas,
y mientras abraza la luz,
va contando las monedas
que ha escondido detrás de mis rezos.

II
No tiene rostro:
se disfraza de prudencia,
de sensatez, de lógica tibia,
pero yo lo siento
cuando callo una verdad por miedo,
cuando miro al dolor ajeno
con los ojos entrecerrados.

III
Cada vez que niego mi fuego
para no incendiar la costumbre,
él me besa en la mejilla
con ternura del verdugo.
Y yo, cómplice en mi carne,
le cedo la barca y el remo.

IV
No lo expulso,
porque es parte de mi sombra,
es el eco de mi fragilidad sagrada,
el que me recuerda
que puedo vender lo eterno
por el ruido de treinta instantes.

V
Pero un día,
lo miraré a los ojos
y no bajaré los míos.
Le diré:
—Sí, me traicionaste, pero yo no nací para colgarme de la culpa.
Y al fin, la gracia entrará por mi herida abierta.

JUSTO ALDÚ
Panameño
Derechos reservados / abril 2025