Cullera

Por Ti, Verenice

 

¿Alguien podría entender el amor,
cuando arde en el alma con tanto fervor?
Sueños y esperanzas, risas y llantos,
luchas vividas, abrazos tantos.

¿Cuánto podemos sentir en un rincón,
si el alma es eterna y breve el corazón?
Nuestro cuerpo es frágil, pequeño su andar,
pero en él los sentimientos saben habitar.

Sentimos gozo, ternura, alegría,
como un sol que calienta el alma vacía.
Pero si el amor se aleja, se rompe el cielo,
y el universo cae en lento desconsuelo.

Es un daño inmenso, un dolor sin fin,
un abismo oscuro que no tiene fin.
Son nuestras lágrimas sueños caídos,
esperanzas rotas, suspiros perdidos.

Cuánto quisimos, cuánto esperé,
cuántos abrazos nunca entregué.
Y esa añoranza, dulce y callada,
de besos y caricias que el tiempo guarda.

Mi alma aún siente tu amor inmenso,
un cariño eterno, puro, intenso.
Tu voz, tus besos, tu suave mirar,
son todo lo que no puedo dejar de amar.

Eres necesaria, eres mi razón,
mi paz, mi llanto, mi bendición.
Solo tú puedes, en este universo,
hacerme sentir lo bello y lo adverso.

Por ti, Verenice, cada verso es cierto:
amor que arde, amor despierto.
Y aunque el mundo se vuelva incierto,
mi amor por ti será siempre eterno.