Marvin Ramirez

Unica

Eres tan única como la Mona Lisa,

una obra maestra irrepetible en un mundo lleno de imitaciones.

Eres el sol que ilumina mi día y la luna que adorna mis noches,

la única luz que guía mi camino.

 

Al igual que la Capilla Sixtina, eres una obra de arte,

un milagro de belleza y complejidad que desafía toda descripción.

Cada mañana al despertar, recuerdo que eres un nuevo comienzo,

una oportunidad fresca y emocionante.

Cada atardecer que compartimos trae consigo una bendición única,

un momento precioso que atesoraré por siempre.

 

Eres única, incomparable, un ser humano extraordinario que no tiene igual.

Tu belleza trasciende lo físico,

es un resplandor que emana de tu alma y cautiva todos los corazones.

Tu voz, melodiosa y suave, es una canción celestial que acaricia mis oídos.

Tu cabello negro, sedoso y brillante, enmarca tu rostro como un tesoro precioso.

 

Tus ojos, dos luceros que brillan con una luz propia, reflejan la bondad y la pureza de tu espíritu.

Tu piel, suave como la seda, invita a mis caricias.

Incluso el latido de tu corazón, ese ritmo constante y vital,

es un testimonio de tu singularidad. Tu esencia, tu ser más íntimo,

es una fragancia única que impregna mi vida de alegría y amor.

 

Eres la personificación de la belleza,

una musa que inspira mis palabras y despierta mis emociones.

Eres la melodía que da ritmo a mis días, el color que ilumina mi mundo.

Eres la razón de mi existir, el amor de mi vida.