Delante de mi vida, un camino que sabe a oscuridad
y detrás de mí un camino claro como todo el pasado.
Un presente que el tiempo sostiene en mi realidad
y un mismo tiempo que a todo lo ha ido arrastrando...
Nadie teje en mí un manto que sea de misera piedad
nada me separa a veces del dolor que es despiadado.
Mis pies dejan las huellas que ha dejado mi verdad
y solo soy una sombra que la muerte ha desnudado.
No hay límites ni para mis emociones y frustraciones
en un mundo donde giran velozmente tentaciones
y todo está en un destino que es un azaroso juego.
Con abismos donde caer, con sueños donde volar
con amores para perder, con amores para poder amar
y con mi propia realidad, que es todo lo que tengo...