William Pérez Mederos

¿Dónde estás, tristeza?

 

 

Hay un lugar dentro de mí

donde el sol no entra.

Donde las palabras se encogen

y el silencio manda.

Ahí reina la tristeza,

con su corona invisible

y su voz de niebla.

No grita, no castiga,

pero su poder se siente

en los hombros caídos,

en los sueños a medias.

Es astuta:

te hace pensar que ya pasó,

que estás bien.

Pero en la noche vuelve,

y toma su trono sin luchar.

He peleado muchas veces,

con la risa como espada

y la fe como escudo.

A veces gano,

otras solo resisto.

Pero sigo aquí.

Y mientras respire,

no dejaré que ese gobierno despiadado 

se vuelva mi hogar.