Siempre que miro a la luna
te veo allí reflejada
como si fueras mi hada,
el halo de la fortuna.
Allá te veo brillar
tan cerca de las estrellas
que de esas noches tan bellas,
tú eres mi luz y mi hogar.
Eres cual la diosa Tique,
la dueña de mi destino,
que me otorga lo divino,
sin que yo se lo suplique.
Es tu inefable dulzura
la que me encadena al alma,
la que, lasciva en la cama,
se entrega con gran ternura.
¡Oh!, noches de luna llena,
plenas de hechizos y anhelos
en ellas, se guardan sueños
que nuestro amor encadena.
Classman