Hay besos breves,
que son como un suspiro
insatisfecho.
Besos que tiemblan,
y piden, con temor,
una caricia.
Besos ardientes,
cargados de pasión
y de deseo.
Hay besos puros
que llevan la inocencia
en sus pupilas.
Besos que siguen,
las caras y los pasos,
del ser querido.
Besos que buscan
el beso de otros labios
sobre su piel.
Hay besos fríos,
que surgen con mil dudas
en la garganta.
Besos mezclados
con hiel y con palabras
que están vacías.
Y besos tuyos,
amor, a quien recuerdo
y nunca olvido.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/25