FRANCISCO CARRILLO

Yo, lo vi...

Yo vi, en injusta ceremonia

alzarse guerreros de nada,

y vi, como fue esa batalla

sepulcro ganado entre glorias.

 

Vi la muerte dominada

de egoísmo, ante una vida

que al empezar se termina,

de tiranía y de falsa.

 

¿Quién supo ser el guerrero?

si lo vi, tan descuidado

¿ quién luchó por lo acabado?

cuando la muerte te olvida.

 

¿Quién se enmudece y se calla?

en la lucha maldecida,

cuando usamos tantas armas

sin ofrecer nuestra vida.

 

Yo lo vi, cual alma errante

supe ver lo que decía,

y escalé hasta la cima

con la ilusión de encontrarme.

 

Vi, la lucha desmedida

de poetas que son nadie,

y luché.. porque creía

que por perder lo ganase.

 

Pero vi la realidad

una guerra de cobardes,

guerreros que son de frases

esa injusta enfermedad.

 

¿Quién osó de proclamarse?

de religión, sus poemas

¿ quién usó? letra pequeña

que se confunde con arte.

 

¿Quién se suma a esa guerra?

y se mantiene distante,

y aún así.. dice llamarse

el mejor de los poetas.

 

Yo lo vi, como profetas

se arrodillan ante mi,

y en su averno.. el frenesí

lo manipulan e inventan.

 

¿Quién es digno de mostrarse?

o estremecerse en soberbia,

cuando fui.. en esa guerra

el motivo de que hablasen.

 

¿Qué supuran las heridas?

cuando no supuran sangre,

¿ quién me exige que en poesía?

debo callar o aguantarme.

 

Yo los vi, cual maldecidos

envenenados de envidia,

usando versos y rimas

que a nadie, han convencido.

 

Y luché, en esa causa

y escribí hasta mi muerte

y muriéndome me vi,

que el poeta nunca muere.

 

De mentiras y de infamias

de escritos, que nacen muertos

sigo en la lucha y mantengo

la verdad de las palabras.

 

¿Quién juzgó en su doctrina?

o creyó su religión...

si los versos solo son

las palabras con su rima.

 

¿Quién se proclama poeta?

quien, a su fiel medicina

sigue teniéndola en vida

sin conocer, la receta.

 

Yo los vi, cual alimañas

que esperan cazar su presa,

sin entender que esta guerra

casi siempre está perdida.

 

Y usé mis venas de hilos

y me alcé, cual marioneta

demostrando que de mimos

las palabras no son ciertas.

 

Quise ser alumno fiero

y los vi, como maestros

pero en su lucha están muertos

de arrogancia e hipocresía.

 

Y me vi, en ese espejo

el que muestra la poesía,

y entre rimas y entre versos

pude ver ese reflejo.

 

Pude ver, que me decía

no gastes fuerzas en esto,

esta lucha no termina

y lo vi.. era muy cierto.