Yo vi, en injusta ceremonia
alzarse guerreros de nada,
y vi, como fue esa batalla
sepulcro ganado entre glorias.
Vi la muerte dominada
de egoísmo, ante una vida
que al empezar se termina,
de tiranía y de falsa.
¿Quién supo ser el guerrero?
si lo vi, tan descuidado
¿ quién luchó por lo acabado?
cuando la muerte te olvida.
¿Quién se enmudece y se calla?
en la lucha maldecida,
cuando usamos tantas armas
sin ofrecer nuestra vida.
Yo lo vi, cual alma errante
supe ver lo que decía,
y escalé hasta la cima
con la ilusión de encontrarme.
Vi, la lucha desmedida
de poetas que son nadie,
y luché.. porque creía
que por perder lo ganase.
Pero vi la realidad
una guerra de cobardes,
guerreros que son de frases
esa injusta enfermedad.
¿Quién osó de proclamarse?
de religión, sus poemas
¿ quién usó? letra pequeña
que se confunde con arte.
¿Quién se suma a esa guerra?
y se mantiene distante,
y aún así.. dice llamarse
el mejor de los poetas.
Yo lo vi, como profetas
se arrodillan ante mi,
y en su averno.. el frenesí
lo manipulan e inventan.
¿Quién es digno de mostrarse?
o estremecerse en soberbia,
cuando fui.. en esa guerra
el motivo de que hablasen.
¿Qué supuran las heridas?
cuando no supuran sangre,
¿ quién me exige que en poesía?
debo callar o aguantarme.
Yo los vi, cual maldecidos
envenenados de envidia,
usando versos y rimas
que a nadie, han convencido.
Y luché, en esa causa
y escribí hasta mi muerte
y muriéndome me vi,
que el poeta nunca muere.
De mentiras y de infamias
de escritos, que nacen muertos
sigo en la lucha y mantengo
la verdad de las palabras.
¿Quién juzgó en su doctrina?
o creyó su religión...
si los versos solo son
las palabras con su rima.
¿Quién se proclama poeta?
quien, a su fiel medicina
sigue teniéndola en vida
sin conocer, la receta.
Yo los vi, cual alimañas
que esperan cazar su presa,
sin entender que esta guerra
casi siempre está perdida.
Y usé mis venas de hilos
y me alcé, cual marioneta
demostrando que de mimos
las palabras no son ciertas.
Quise ser alumno fiero
y los vi, como maestros
pero en su lucha están muertos
de arrogancia e hipocresía.
Y me vi, en ese espejo
el que muestra la poesía,
y entre rimas y entre versos
pude ver ese reflejo.
Pude ver, que me decía
no gastes fuerzas en esto,
esta lucha no termina
y lo vi.. era muy cierto.