Con el alma abierta
y el miedo cargado,
camino sin mapas,
sin rumbos trazados.
Mis latidos me guían,
mi piel es testigo,
del caos que me invade
y la luz que persigo.
No niego lo oscuro,
me expongo en la herida,
porque, en lo más hondo
comienza la vida.
Soy fuego y ternura,
tormenta y consuelo,
el sol y la luna
buscando su cielo
Pero escribo mi historia,
con la tinta del llanto,
abrazando palabras
que me van resonando,
y en cada emoción,
sigo caminando,
en cada latido,
me sigo encontrando.