Toca avanzar, continuar, seguir con el viaje la vida nos quiebra, nos hace sangrar allí se contiene todo lo sustancioso, alzar las velas y navegar en las dificultades.
No existe redención, toca ser osados la felicidad y la tristeza son emociones cíclicas, dos tipos de personas convergen en este naufragio, los que se ahogan en el abismo cuando el caos se avecina y los que con rudeza y determinación afrotan las vicisitudes que se presentan en el camino.
Desertar no es una palabra que se pueda emplear, la vida suele ser un vino agrio y otras veces un dulce soneto de amor la razón es hallar el camino, dar con nuestro propósito. Aventurarnos en lo incierto, en el sufrir, en el querer, en lo insólito, en lo que nos haga sentir.
Justo cuando creas que todo haya llegado a su fin es allí donde todo empieza, como fruto cítrico al que hay que exprimir hay que sentir el más profundo dolor y sobrevolar extasiados de felicidad sobre la nube más alta.
Detente en el alba, en el ocaso, escudriña y llenate de lo hermoso. Ríe, llora, quiebrate, baila, sumérgete en el amor. Todo se comprime, todo esta destinado a pasar.
El contraste que nos brinda la desolación y la alegría agrega sentido a nuestro vivir hacer de la rutina una hermosa canción encontrar la belleza en las tinieblas llenarse de gozo durante la trama, sin pensar en el desenlace.