Los días que te veo son extraños:
la prosa se va vacaciones
y mis palabras brotan en poesía,
fruto del amor que me consume.
Estos días que te veo, me seducen
me invitan a regalarte el sol
en un sobre de besos y abrazos.
Me incitan a abrirte la puerta,
a mostrarte todo lo que soy,
todo lo que puedo ser por amor.
Y yo me pregunto:
¿Por qué limitarme a bajarte una estrella
cuando puedo llevarte a todas las que existen?
En los días que te veo,
que saboreo cada minuto a tu lado
cada sonrisa que me obsequias,
me doy cuenta
de que sí se puede ser feliz sin miedo,
querer sin ataduras.
Y sonrío, pensando
que es posible construir contigo un mundo
donde el amor combina con cualquier palabra,
donde el tiempo transcurre sin nostalgia
en estos días que te veo.