Cada palabra tuya es un tesoro que guardo en mi corazón. Cuando me dices que me extrañas, que has pensado en mí durante todo el día, siento que podría tocar el cielo. Me haces el hombre más feliz del universo. No hay nada que se compare con la alegría que siento cuando me dices que quieres escuchar un verso leído por mí, mientras te acurrucas en mi pecho. En esos momentos, el mundo se detiene y solo existe la paz que me transmites.
Tus palabras son como el agua que calma mi sed, tu presencia es el sol que ilumina mis días. Eres la melodía que alegra mi alma, la brisa que acaricia mi piel. A tu lado, soy el hombre más feliz que jamás pude imaginar. Cada día le agradezco a Dios por haberte puesto en mi camino, por permitirme compartir mi vida contigo. Cada día a tu lado es un regalo, una aventura que me llena de felicidad.
Contigo a mi lado, siento que puedo conquistar el mundo entero. No hay obstáculo que no podamos superar, no hay sueño que no podamos alcanzar. Juntos, podemos tocar las estrellas, pintar el cielo con nuestros propios colores. Eres mi musa, mi inspiración, mi compañera de vida.
Ruego que este sueño que vivimos nunca se acabe. Que nadie nos despierte de esta hermosa realidad que hemos construido juntos. Que nuestro amor siga creciendo, floreciendo cada día. Que sigamos caminando de la mano, compartiendo risas, lágrimas, sueños y esperanzas. Porque a tu lado, he encontrado la felicidad que siempre busqué. Y no hay nada que desee más que pasar el resto de mi vida contigo, amándote cada día más.