Elizabeth Maldonado Manzanero

Sólo mujer.

Flor obstinada y fecunda de aromas.

Albergue del abismo propio y ajeno

de la desnudez y los silencios

alimento constante de verdades,

de afanes y sueños.

océano de ternura envuelto en piel

Tejedora de mundos

Cocinera del presente.

Guerrera esclava de lo cotidiano

Cielo soleado o lluvioso,

monstruo jamás perecedero

santuario del nuevo tesoro,

amor amante culposo y placentero

Consuelo al enflaquecer,

Música de violines y trompetas

Melancolía para navegar

Paraíso y festín de las promesas

Colibrí de vuelo ligero,

Basilisco del engaño

constelación de emociones

y contradicciones…

Capullo, villana, diosa …

Arquitecta de despedidas y renuncias,

orilla de inviernos con acentos de primavera.

Madre, hija y tesorera del ayer.

Trueno, relámpago y susurro

que sabe gritar en murmullos

la dicha y el displacer.

Sombra que baila con su luz,

Lengua que besa y sentencia

en el idioma muerto del amor y la fe,

piedra suave que sangra si la tocan

que reza y obra a voluntad de reina.