Arde el fuego en la hoguera…
aplacando el frio intenso de la madrugada,
se consumen los leños en la flama…
uno tras otro desaparecen al ritmo de la llama…
que parece que danza con la nostalgia.
Me pierdo en ese submundo contemplando la fogata,
escuchando el chispeo brillante de las ramas …
que no ofrecen resistencia al sacrificio,
cierro mis ojos mientras el corazón se ahoga de tristeza,
y advierto una lágrima inoportuna…impróvida,
que a mi parecer no estaba invitada.
A que no adivinas en quien pienso….
mientras escucho esa dulce tonada…
que se replica en la radio.
Sentado frente a la chimenea…miro hacia la nada…
y apareces tu…como una visión,
te ves tan real…
que hasta creo que existes…y no eres un fantasma,
y a lo mejor terminas floreciendo en mi jardín uno de estos días.
Tan material te ves…con tu sonrisa intacta…
que hasta percibo tu voz …como un susurro del viento
que silva apasionado en mis ventanas.
Tu sombra se dibuja en mi morada…
con el movimiento de la lumbre sobre el tapiz,
y distingo entre luz y sombra tu exuberante figura…
que se complace en perturbar aún más a mi delirio.
No puedo negar que todavía te pienso,
que a pesar de haberte encerrado en el olvido…
no me ha sido posible…
lograr desaparecer tu recuerdo sagrado.
Lo he intentado tantas veces…
que ya he agotado los insomnios,
ya no me queda melancolía ni decepciones…
que pueda ofrecerle a tu indiferencia,
pero sigo aquí…frente a la hoguera…
pensando en escribirte el último poema.
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