Fernando Cerceau

GUERRAS

Había una vez una guerra,
y, otras veces, otra.
Ahora hay las de la historia,
tan lejanas e inverosímiles,
tan silenciosas y explicadas en los balcones
de la política capciosa
y en los refugios académicos.

Las que se juegan ante nuestros ojos,
las invisibles y las inexistentes,
hacen el corpus bélico del presente.

Mi cuerpo crecía en un mundo
que, por su tamaño,
era inalterable;
y supe después —ya joven o adulto—
que apenas era un hombre
adentro de una guerra incomparable
con las heroicas o con las actuales.

Era una guerra rodeada de espejos,
de múltiples frentes y retaguardias,
de incontables enemigos y aliados
con banderas desconocidas,
agitando sus consignas,
con el amor en la boca
y la crueldad en el corazón.

Hoy, finalmente,
la guerra discurre en paz,
como un manso río a la mañana.