Eres rayito de sol,
un pedacito de cielo,
encarnas cuánto yo quiero:
fuente de exquisito amor;
un recuerdo que quedó
incrustado en mi pecho,
nunca muere, será eterno:
dueña de mi corazón;
eres luz del nuevo día,
llenas todo de ternura,
de pasión y de verdad;
diste sentido a mi vida,
dulce bien que se consuma
por su manera de amar...