Claman tristeza las llamas
producida por las velas,
derritiéndose en su cera
tiritan como si nada.
Suave luz en tenue vida
con un hilo de esperanza,
esquivan el aire y aguantan
en su lucha, encendidas.
Quieren ser la luz divina
la que ilumina tu cara
y al sonido de las varas,
se retuercen mientras gritan.
Claman flores de agonía
queriendo pintar el suelo,
y derraman olor en duelo
para calmar tus heridas.
Clama la cruz del madero
por los clavos, penetrada
llora en chasquidos las tablas,
de aguantar al nazareno.
Llora la tierra y el cielo
y la mar llora salada,
y la vida entera clama
el perdón del mundo entero.
¡Dime¡ cristo nazareno
como quitarte el dolor,
si esos clavos de hierro
traspasan mi corazón.
Luz de velas que tiritan
flores que lloran olor,
cruz de madero agoniza
que contigo.. muero yo.