Un hombre y una mujer
parecen ser diferentes
porque los podemos ver
de manera independiente,
pero existe una verdad,
que muchos desconocemos
y es que somos la mitad
del otro ser que tenemos
Al lado, diariamente;
sin pensar que pueda ser,
de una forma diferente,
si nos podemos querer,
sin sentir ningún temor,
entregarnos, plenamente,
para sentirnos mejor,
¡amarnos intensamente!
Y así poder recibir
en nuestros cuerpos calor
y de pronto descubrir,
que somos ¡un sólo amor!
Vero