Oí hablar de héroes y sus hazañas,
pero ninguno que cargue un madero,
y humilde, predico cuál carpintero.
Un sabio que camino entre pirañas.
Trampas le tendieron con viejas mañas,
el extranjero sometió al cordero,
y sin más dieron muerte al mensajero...
así el pago, los males y las sañas...
un siervo pecador, soy mi Señor,
has de padecerte de mis blasfemias.
Del ayer que tengo por mal sabor...
siguiendo tu palabra que me apremias,
lléname con la gracia de tu amor...
sin dejar que caiga, en noches bohemias...
Derechos Reservados en Proceso.