Resucitado en Gloria!! π€πΈβ¨πΉπ·πΊ
El cielo se abrió en canto; cedió la noche fría
la piedra se deshizo, la cruz dió rama viva.
No hay sombra que resista la luz de su energía
ni muerte que sostenga la voz que lo motiva.
Caminó entre las ruinas con paso firme y lento
la herida no lo vence, la tumba no lo encierra.
Su aliento es un comienzo, su mano es fundamento
y en medio del silencio renace nueva tierra.
Su gloria no es un grito, su fuerza no amenaza
su reino es en lo íntimo, su ley no se desgasta.
El tiempo se arrodilla, la vida se consagra
la historia lo pronuncia sin ruido y sin estragos.
A quien venció la muerte, honor sin condición
al vivo entre los vivos, eterna bendición.
El cielo no gritó, pero se abrió. En el silencio, la noche perdió su dureza. La piedra ya no era un límite; la cruz, ya no castigo. Nada pudo detener esa voz que avanza sin prisa y sin miedo.
Caminó entre ruinas como quien conoce cada herida. No evitó el dolor, lo sostuvo. La tumba no fue final, solo umbral. Donde hubo vacío, brotó comienzo. Donde hubo sombra, se encendió la forma de una promesa.
Su poder no empuja, no impone. No hace ruido. Es presencia que arraiga, aliento que sostiene. Su gloria no pide testigos, solo espacio. Su victoria no se grita; se vive.
La vida entera, y todo lo que en ella existe, lo reconoce sin necesidad de palabras. Hay algo en él que no pasa. Algo que, simplemente, permanece.