José Antonio Artés

EL TRONO DE LA POESIA

Siento que cada vez

que alguien se sienta a hablar conmigo,

en un rincón mágico de El Ateneo,

en el silencio de su biblioteca,

o en la mudez doméstica

donde el reloj finge no tener prisa,

algo más que palabras

me cruza el alma.

 

No son solo frases,

ni la lógica exacta

de un diálogo cualquiera,

es un temblor pequeño,

una luz que se asoma,

y convierte el instante

en un verso sin dueño.

 

Mi mente, rebelde,

no se conforma con la bella sencillez

de una conversación desnuda,

quiere vestirla de altura,

quiere bordar las emociones

que despiertan sus gestos,

sus voces, sus pausas,

y sentarlas en el trono de la poesía.

 

Porque hay algo sagrado

en las palabras que otros me regalan,

algo que insiste en quedarse,

como si la vida, al hablarme,

me enseñara que todo,

si se atiende,

puede ser la semilla de un poema.

 

José Antonio Artės