Desde un deformado balcón …
indago en cada rincón…
lo que ha quedado de mi pasado,
y me invade la nostalgia,
como se ha trasformado el barrio,
como ha cambiado su gente,
esa muchedumbre que no reconozco…
que hace que yo me vea como el extraño.
¿Qué ocurrió aquí?,
¿Qué desgracia ha sucedido?…
¿porque me siento desubicado?,
nada coincide con mis memorias,
todo es diferente…
tan opuesto a lo añorado.
Y por más que lo intento…
no encuentro nada querido,
nada que me identifique…
con esa realidad tan gris.
¿Dónde están los amigos...
y los vecinos de entonces?,
¿porque se mandaron a mudar?
¿a dónde fueron todos?,
¿qué pasó que huyeron?,
o es que se escondieron de este desastre innegable.
¿Porque me siento desconcertado?,
¿A qué se debe tanto contraste?…
si solo fue momento…
entre un abrir y cerrar de ojos…
y todo se puso distinto.
Escucho en el ambiente…
un estridente sonido…
que perturba mis sentidos,
suena chillón y repulsivo…
que hasta lastima los oídos,
dónde olvidaron las selectas melodías…
que cantaban poesía,
porque desparecieron…
y las cambiaron por tanta porquería.
No lo entiendo,
que paso en mi ausencia…
que todo lo degeneraron.
Observo con preocupación…
y me asalta un suspiro,
no puedo aun asimilarlo,
cual fue el oscuro motivo…
para que todo esto haya sucedido.
Mi viaje ha sido en vano…
no queda la menor duda,
yo que quería reencontrarme…
con la esencia de mi entorno…
y ahora me siento frustrado…
desencantado,
como un triste fracasado.
Ver con impotencia…
en lo que se convirtió mi terruño…
te llena de desazón… de rabia e indignación.
Aquí ya no me pertenezco,
y entonces ante todo esto…
lo más digno y lo más sabio…
es marcharse para siempre…
sin dejar vestigio ni rastro.