¿Recuerdas cuando volví a ser un poeta,
escribiendo cada color, siendo tu profeta,
dispersando mis deseos como enamorado,
pintando un cielo blanco, sin ningún candado?
Siempre quise romper las ataduras que desviaron
mi visión; siempre terminé mirando tu dirección.
Dime, ¿dónde quedó aquel artista que desvestía su cuerpo
para expresar cada gota desbordante de sentimiento?
Girando, girando... pero siempre manteniendo el destino.
Lamento decir que estos últimos meses son un fracaso.
Me siento miserable, y no se trata solo de un sentimiento;
es una catarata de razones explotando y dejándome herido.
Respiro. Tomo mi asiento favorito y vuelvo al mismo lugar.
Suelo recordar, pero ya me es imposible poder llorar.
Me duele, me duele… pero sonrío aceptando estos sentimientos.
Ya no estoy atado… ¿pero por qué una parte sigue buscando esos lazos?
Pintando una obra de arte ignorada por todo espectador.
Pero eso no importa cuando llena el vacío de mi corazón.
Cada retazo sublime endulza el arte dramático que amo demasiado;
un estilo libre, igual que mis decisiones. Buenas o malas… sé que soy yo.