¡Qué bello el amor, qué dulce su canto!
Hasta que un día... ya no aguantas el llanto.
No por traiciones, ni dramas pasados,
¡sino por discos lumbares colapsados!
Mi cuerpo es mapa de guerras sin gloria,
y cada grieta susurra su historia.
\"¿Fue el fútbol? ¿el gym?\" — ¡No seas payaso!
Fue cargar el mandado... y un mal abrazo.
Mi cama, antes nido de feroz pasión,
es hoy quirófano sin compasión.
Y mi esposa —que antes me devoraba—
ahora me pone pomadas... y rezaba.
\"¿Te duele aquí?\", pregunta, cual verduga,
mientras con el codo la ciática arruga.
Y yo, torcido, en forma de paréntesis,
pienso: “Esto es amor... y sadismo en tesis”.
La boda fue linda, la luna, de miel,
pero hoy compartimos el frasco de gel.
\"¿No te arde la espalda?\" — \"No, el alma, mujer\".
Y ambos reímos... para no toser.
Porque si toso, se disloca un hueso,
y si estornudo, hasta el páncreas beso.
Y hacer el amor es deporte extremo,
¡requiere masajes, pactos y un rezo!
Ella dice: “¡Viejo, qué exagerado!”
y yo, sudando, ya semi doblado.
“Solo dime si hay amor eterno...”
“Claro que sí, si hay diclofenaco moderno.”