Con un nemes melenudo
y dos grosularias verdes
merodea por Iberia
el señor de sus especies.
Bajo un abrigo pardino
de moteados churretes,
en castaños fogonazos
se abalanza entre las liebres.
De clara visión augusta
y limpio maullar de fuentes...
¿Quién pudo diezmar tal obra
hasta arrimarlo a su réquiem?
Si hasta las puertas del Orcus
nuestras manos no intervienen,
¿llegaremos también tarde
a cosas que nos conciernen?
Al lince ibérico,que recientemente dejó de ser especie en peligro de extinción