En el susurro del viento,
donde el sol besa la tierra,
mis recuerdos se enredan
en la esquina y la acera.
Las calles de tierra o piedras,
con niños riendo a carcajadas,
mientras suenan bachatas viejas
desde alguna casa lejana.
Los aromas de la cocina,
empanadas, café y un poco de arroz,
un abrazo en cada comida,
hecho con puro corazón.
Las matas guardan secretos,
y sueños de las flores dormidas,
bajo un cielo estrellado,
me recuerda que es mi pueblo amado.
Regreso a mis pensamientos,
al rincón donde fui feliz,
mi pueblo, mi raíz,
el hogar que nunca perdí.