En tierra extraña. Espiritual
Por valles y collados dejé mi alma,
buscaba a mi amado sin ser hallado,
lloraba mi alma, angustiada por querer saber del,
clamaba de noche que volviera a mí, quería sentirlo en mi espíritu.
Gritaba, se desgarraba mi alma, lo buscaba, lo quería sentir y fui tras del.
Me fui por valles silenciosos y los collados, se cerraban a mi paso
estorbando mi camino, caminaba y caminaba sin poder avanzar.
Agonizaba mi alma, en medio de la noche,
camine, camine y desmayé en espíritu,
buscando al que sana las almas,
redención buscaba, de mi amado quería perdonará mis pecados.
Bajé por caminos no conocidos, lugares inhóspitos,
por veredas jamás andadas, llegué y sentí
pasos tras de mí, me volví, y no había nada había.
Rasgué mi alma, pedí perdón, arrepentida de haber abandonado a Dios.
En alas del viento, viajé a las alturas, caí desmayada, asustada,
de lo que mi alma sentía y mi espíritu veía, mi llanto, no se escuchaba.
Había una suave brisa que me envolvió, y asustada reaccioné,
y llena de paz, sentí su gracia abrazándome, consolandome,
y no me podía mover, el gozo me sustentaba, sentí en mi espíritu, su paz.
Llamé para que me abrieran y no salió nadie, estaba en tierra extraña...
Los ríos se escuchaban lejos…. ¡Muy lejos!
la luna se había ocultado y sólo había la sombra de una silueta tirada,
era mi cuerpo, inerte me vi allí; tirada en el suelo,
pero ya no había dolor, ni tristeza, ni ansiedad.
Allí; sentí la fuerza del Espíritu de Dios comulgando con mi espíritu.
tomándome, levantándome y sanándome cuerpo, alma y espíritu,
y sentí la paz que tanto había anhelado y su abrazo de ven a mí!!
Dejándome sentir el fuego de su Espíritu Santo en mí,
sentí su paz y perdón con un abrazo de amor.
Hoy puedo decir con seguridad que Dios sanó mi alma,
Después de un proceso de mucho dolor por una enfermedad que me atormentaba.
La fe no es sólo creer, es confiar que Dios existe para sentir la presencia de Dios.
Estás seguro cuando sientes el Espíritu de Dios en tu espíritu somos seres tripartita,
Cuerpo, alma y espíritu y por el Espíritu de Dios son reveladas las verdades divinas.
Es un poema de revelación por una enfermedad que me atormentó por mucho tiempo.
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo” Romanos 8:9
Los que son del espíritu, reciben la palabra del Espíritu de Dios.
El polvo vuelve a la tierra, como era; y el espíritu vuelve a Dios, quien lo dio. Ec 12\'7
Alicia Pérez Hernández... México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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SONETO A CRISTO CRUCIFICADO
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Anónimo, atribuido a Santa Teresa