ECOS DE LUZ EFIMERA
Nada es para siempre
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Arrancan del cielo las estrellas en su danza,
destellos fugaces, susurros de luz.
Ecos de un instante, brillando en la balanza,
cuando se apaga el día, su gloria es un cruz.
La noche guarda secretos, memorias de antaño,
cada estrella, un deseo guardado en su piel.
Pero se esfuman pronto, como el oro en un año,
dejando tras de sí un silencio de papel.
La belleza es efímera, como el rocío en mayo,
que brilla en la mañana y luego se pierde.
Las etapas de vida son ciclos de ensayo,
y en cada despedida, una lágrima muerde.
© Corazón Bardo