OscarCampos

Un transeúnte

 

Un transeúnte

se encontraba a orillas del mar,

ensimismado,

como si tropezara

con cada pensamiento.

 

Su pensamiento más hondo

cayó al mar.

No hubo círculos ni burbujas.

Intentó rescatarlo

con redes de memoria,

con sogas de razón.

 

Pero se hundió sin testigos,

como una palabra olvidada

en un idioma muerto.

 

En el atardecer, comprendió:

los pensamientos

no flotan

si están heridos.

 

O quizás,

es un pez de forma escondida

que aprendió a nadar lejos de su dueño.

 

A veces no resolvemos un problema.

La solución se encuentra en la calma.

 

El habitante aprendió:

no todo lo que piensa

le pertenece.

 

¿Y si el pensamiento

saltó al océano

antes que tú?

 

Hay ideas que llegan con las olas,

después del naufragio.

No las busques.

No regresan a ti.

 

Han aprendido a crecer solas,

han aprendido del amor

y de la forma más sutil

de alejarse.

¿Que pensamiento te pertenece?