Edwin Acosta Pena

Madrugada a solas

Cobija mis anhelos en tus sueños,

en tu memoria deja como estigma 

mis manos que traspasan tu piel;

arrullo nocturno, desnuda tu alma

que me trazó el camino 

para llegar a tus acantilados,

es que eres mi amor eterno

y en todos los tiempos te quiero…

Encantadora tú, desvestida 

llenando mi alma de enamoramiento,

pelvis de seda, torbellino de deseos

y tus colores en mi boca…

Eres girasol que asoma a mi aurora,

vibrantes brillos, siempre conmigo,

somos un mundo de emociones

donde nuestros deseos chocan 

como piedras de río,

somos el embrujo de pasión 

en lo alto de una torre escondite 

donde hasta las lluvias gritan...

Estamos en la albufera 

donde el brillo de sol no llega 

ni la luz de la luna nos alcanza…

Soy madrugada a ciegas 

donde escribí tus versos,

y bebí tu aroma.

©.