Bajo el musgo del sendero
baila un hongo verdadero:
el boletus tan redondo
hace un paso casi hondo.
El shiitake da un saltito,
portobello va despacito,
maitake gira en el suelo
con sombrero de terciopelo.
Champiñones en pareja,
uno blanco y otro en reja,
y los enoki, tan finos,
van danzando en diez caminos.
Reishi sabio se acomoda
como un rey sin tanta moda,
y una trufa misteriosa
canta bajo tierra hermosa.
¡Qué festín tan aromado
cuando el bosque es cocinado!
Cada hongo con su encanto,
¡donde el mundo alza su canto!
Mis amigos en Bakersfield son amantes de los hongos y uno de sus nietos los estudia a nivel profesional, y hace su tesis sobre el hongo Ganoderma Lucidum que es que es el reishi (nombre japones) o lingzhi ( nombre chino). Es amargo coriáceo, de sombrero brillante marrón rojizo y que se encapsula como medicina natural.
El Jueves regresamos a la rutina, nutridos de naturaleza y con un sentimiento de gratitud por la verdadera amistad.
Tenemos varias actividades pendientes juntos.