Cuando el peso del día te doblega la espalda,
y la sombra del miedo tu paso resguarda,
recuerda que dentro, reside la luz,
la fuerza que emerge, con brío y con plus.
Este nudo en el pecho, no es la final,
es solo una prueba, un umbral que cruzar.
Tus manos son fuertes, tu mente capaz,
la experiencia es tu ancla, en la tormenta fugaz.
No temas al viento, que intenta azotar,
afírmate firme, ¡tú puedes lograr!
Cada paso incierto, te acerca al confín,
donde el sol espera, tu esfuerzo sin fin.
JTA.