Mis labios resecos
Otra vez mis labios resecos añoran
la miel de un beso anhelado,
un beso oculto bajo un velo de lluvia
que se aproxima por un horizonte lejano,
un horizonte cubierto de crepúsculos
con sus rojizos arreboles difuminados.
Un enjambre de sueños glaucos anidan
bajo la tierra yerta, árida, reseca
los labios azulados por el viento
que descarna los últimos jirones de sal
de este páramo imperdurable
de raíces acostadas sobre la arena
que el viento acercó de los confines
de los sueños, con su azogue humedecido
por la lluvia ilusionada.
El viento sopla alientos de suspiros
de unos labios agrietados por la sed de sueño.
Hoy mis versos son como besos sedientos
de viento, suspiros, sollozos, gemidos.
Por las esquinas de mis sueños se recogen
los ecos de mis lamentos.