Para lo único que sirvo es para hacer daño,
por eso me dedico a dar abrazos,
porque yo también fui ese niño que alguna vez necesito uno.
Estoy roto, he perdido la oportunidad de vivir esta vida,
la sobrevivo.
No creo en el bien, no creo en las personas, no creo en Dios,
no creo en el propósito, no creo en la misión que tenemos...
He superado a Dios, pero me he quedado sin la luz de su esperanza,
si no hay nada por lo que luchar, esta vida se llena de sinsentidos,
debemos imaginar a Sísifo feliz,
les diré que Sísifo es mi segundo nombre.
Cargo los problemas de un mundo que no tiene sentido para mí,
cual Atlas, condenado... encadenado a su función.
No tengo ningún propósito en esta vida
voy a morir... O ya estoy muerto?