Despojado de alma y cuerpo
como un haz de luz que substrae la sombra
para penetrar en la oscuridad del silencio,
tropiezo con sentimientos hostiles
a los anhelos imposibles.
El insomnio devora con avidez todo resquicio
de pensamientos y emociones tajándolos
en finas rebanadas de sensaciones vanas.
Fugaz es el oscuro arcano de la quimera
que recorre los sueños como un soplo
de plenitud en el imperturbable silencio
cortante como el filo de la guadaña.
Un ovillo de incertidumbres
se desparrama en la espalda mal cosida.
Todo vuelve a la irregularidad
de nuestro punto débil, donde
recogemos los desperdicios que
emanan de una erupción
de fantasías frívolas.
En total silencio escribo para sentir
las estrellas en la soledad del alma,
evocando recuerdos escondidos
en las profundidades de mi tegumento
donde escuece un corazón tatuado.