Cede el yugo, la presión
a la fuerza que está ausente,
renaciendo firmemente
esperanza y devoción.
Ceden neuronas en mente
a golpes de corazón
y nace la inspiración
que antes estuvo ausente.
Nacen a borbotones
Las palabras cual simiente
inundando los renglones.
Fluye tinta penitente
cuando el poeta le pone
Las ganas que siempre tiene.