Báñate de abecedario,
límpiate con las vocales
que el sudor, a las cabales,
lleve un grito libertario.
Báñate, si es necesario,
con vital sabiduría
que te nutra, cada día,
con las letras existentes
en los libros consecuentes
que dan paz con alegría.
Báñate con esas letras
que desnudan las verdades
con sus muchas cualidades
en las que te compenetras.
Báñate con esas letras,
que son luz donde las sombras
mal esconden, y te asombras,
si descubres las mentiras
las que a diario tú respiras
y de pronto las descombras.