¡Señores ha muerto la poesía!,
Fue lo que escuche a gritos,
Quedando en entera atonía.
¿Pero cómo? y donde están los poetas
Esos que nos deleitan
Con sus suaves y hermosas letras.
No puede ser y me monte,
Nubes y vientos
Fueron mi carro de tren.
Llegando a la cima
Donde comienza la nada,
Estaba el sentado con su mirada.
Muy apacible me dice
Que buscas acá,
El rumor ¿Lo sabes ya?
Dime, como lo crees,
Estrellas que se derraman
Por las noches,
Invitando a la luna a seducir
A esos enamorados,
Ellas tendrían que morir.
La mar con su traje azulado
Que por las noches se viste
De plata impecable
Ella tendría y que morir.
Y el señor amor protagonista
De incalculables hazañas,
Que todo ser humano ha sentido
Y que todos desean sin fin
el tendría que morir.
Y las flores los campos,
Atardeceres tibios, resplandecientes
Amaneceres que matan el anochecer
Y noches que cobijan misterios del ayer,
Ellos tendrían que morir.
Y la misma muerte inspiradora
De grandes dolores, que los poetas
Hacen suyos, ella dejaría de existir.
Vete, vete tranquila,
La poesía no ha muerto, quizás
Ha muerto la magia de personas
Que ya no cautivan.